12 ago 2010


El odio es una sombra negra y alargada. En muchos casos, ni siquiera quien lo siente sabe de dónde le viene. Es un arma de doble filo. Al mismo tiempo que herimos al contrincante nos herimos a nosotros mismos. Cuanto mas grave es la herida que le infligimos, mas grave es la nuestra. El odio es muy peligroso. Y, una vez que ha arraigado en nuestro corazón, extirparlo es una tarea titánica.


2 comentarios:

Josh dijo...

Mejor dejar el odio de lado, pues lo único que nos produce es crearnos más daño.

Un gran abrazo!

escuchando palabras dijo...

Todo un tema, un psicoanalista Rosarino, el traductor de Lacan, Nasio, dice q el odio es bueno para limpiar la integridad, pero habria q ller mas sobre esto.
Personalmente, me hace mal sentir odio, bronca...no ayuda,no modifica...es gastar o poner energia en el lugar menos indicado, besos